miércoles, 19 de octubre de 2011

Arte primitivo: El expolio belga


Traído por algún admirador del rey Leopoldo II. El ladrón del Congo. Sanguinario europeo que además de rey fue propietario particular del gran Congo Belga al que expolio hasta la ultima gota de sangre. Ustedes han leído bien: propiedad particular. El Congo fue traspasado a Bélgica como colonia oficial ante el repelus que semejantes practicas provocaban en la Europa del 19. No piensen que fue hace tanto. Al fin y al cabo Bélgica tiene unos doscientos años de existencia.

Les recomiendo leer la historia del Congo. Es un drama fascinante. Como millones de almas son exprimidas hasta la extenuación por un tipo y sus compinches, la nación entera, que se dispone a hacerse con las migajas que le deja el rey a sus súbditos. En la Europa cristiana y bien pensante. Nos hemos olvidado de ello. Los mas ni se han enterado. Los belgas lo ocultan entre los pequeños errores del pasado. Todo pueblo bárbaro tiene su leyenda negra. Todo pueblo tiene su realidad negra.

Así se hicieron ricos. Antes de agotar el carbón. Antes de reinventar Amberes. Antes de convertirse, con permiso del primo holandés, en exportadores de servicios a la gran Alemania vencedora de la segunda guerra económica mundial.

Rico intenta hacerse el anticuario que nos enseña la madera pintada, comprada por cincuenta céntimos en alguna aldea. Presume de antigüedad. Nada dice de que al sol africano la madera envejece pronto. Se desconoce con que esta pintada. Euros piden muchos. Alguna vez trasporto agua de la fuente a la choza. ¿O se usaba de maceta, que allí no hay? ¿Quizás de palangana u orinal del emperador? Historias las que usted quiera.

Siguen expoliando. Por las tiendas de antigüedades de la capital de Europa todavía se da uno de bruces con coros robados de las capillas de Ourense o Castilla. Aunque el usurero presuma de haber sido legalmente vendidas por un párroco jibaro que se gasto los cuartos en las putas del Pombal en los tiempos en que nadie era responsable de nada.
Esto también es Bruselas, señores y señoras. Por mas que nuestros blogueros se empeñen en enseñarnos monumentos muertos y ruinas verdosas. ¿Para eso viajan?

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