viernes, 9 de marzo de 2012
Los hielos del Eiger y compañía.
Buscar la hora perfecta para fotografiar el hielo del pequeño glaciar entre los picos Eiger, Mönch, Jungfrau y Jungfraujoch es un imposible. Cuando crees que lo tienes entra la niebla. Cuando se va, sale el sol y lo convierte todo en blanco. Enganchar a la cámara con filtros artificiales no me va. Soy de la cofradía del Sr. Cartier Bresson: hay que buscar ese instante único. Conclusión, si quiere verlo no le queda más remedio que ir, ya que en las fotos no se aprecia la real hermosura del hielo del glaciar. El azul blanco del hielo asesino camuflado entre la virginidad blanca. ¿Entiende porque la hermosura puede dar frio, miedo?
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