La
naviera de las islas Feroe Smyril cubre
la línea Dinamarca- Feroe- Islandia con el Norrona. Relativamente nuevo –
fue construido en el 2003- este pequeño ferry colea por el Atlántico norte
llevando en el verano a los bien pagados burgueses de Europa hasta
la ultima frontera del Océano Europeo. En el invierno reducen la frecuencia de
las conexiones y se alimentan de lo que el cabotaje les da.
Allí no
encontrara esclavos filipinos ni marineros de nación desconocida. Smyril
funciona como la banda de Pancho Villa, pero funciona con feroeses de nación y
adopción. Estos hombres y mujeres, rudos, no aprendieron ni la eficacia ni la
elegancia escandinava, por mucho que abaneen la idea, pero llegan al aprobado
en el arte de transportarte seguro entre los fríos vientos del norte.
No
esperes encontrar la limpieza ni la eficacia de las grandes navieras danesas o
suecas. Allí todo es un poco como en su casa. Una aspiradora pasada a prisa.
Una mano de pintura sin dar. Es también una sonrisa resolviendo eficazmente
problemas. Es el arte de improvisar.
El
publico pertenece a las tribus de los pudientes ilustrados europeos. A los alemanes,
holandeses y escandinavos se les reconoce en que todos – todos y todas- van vestidos de
explorador con ropa de Fjallraven. Los comedores de ajo se cubren con Decathlón
serie Quechua, sin haberse enterado que también venden marcas de mucha mejor
calidad como Simónd. Allí no hay zapatos de tacón si no botas de combate y marca.
Concurren en fantasía con los gorros de lana y los imprescindibles guantes para
no perder los dedos en el frio.
Entre café
y café se folla y se lee. Los pajareros, legión, colgados de sus cañones fotográficos
y prismáticos otean el horizonte con pasión. Le recomiendo que se acerque y
pregunte como se llama lo que ve. En dos días de navegación aprender usted todo
sobre aves marinas. Le enseñaran a diferenciar petreles y pardelas. Sabra lo
que es un mascato, un arao y un
frailecillo. Donde viven, cuales se comen y cuales no.
Nadie
le contara que pretende llegar a una cala secreta, un volcán inexplorado, un
cascada virginal. Pero todos están dispuestos de explicarle la larga y costosa preparación
de su vehículo con el que esperan conquistar la frontera islandesa.
Si no
va se perderá uno de los mejores espectáculos de Europa. Por lo demás, ¿que quiere que le diga? El paisaje, ya ve,
esta esta ve a la altura del paisanaje. O viceversa.
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