jueves, 12 de noviembre de 2015

La route des Caps



Cabo blanco, cabo gris. Cap Blanc-Nez, Cap Gris-Nez. La hermosa playa de arena blanca de Wissant (Wit sand, en el original idioma flamenco - hoy llamado holandés- que alguna vez se hablo por estas tierras), en medio. Los turistas van a hacer las fotos al blanco. Desde alli se contemplan los acantilados de Kent. Los hijos de la Gran Bretaña al otro lado del estrecho mar.


Los antiguos bunkers alemanes se han reconvertido en lugar de esparcimiento. Las casamatas de la guerra fueron sepultadas bajos los lodos que retiraron haciendo el túnel de la Mancha. Un acto practico como expresión política y poética.

A Cap Gris se va a dos cosas. Contemplar el faro y comer. Lo del faro es, literalmente, contemplación. Los fareros franceses, muy suyos, no gustan de turistas. Alli además hay un puesto de regulación del trafico del canal y esos se visten de uniforme militar, que en Francia es vestirse de rígido.

Mas abajo, en la playa, se encuentra el restaurante  "La Sirene" specialites poissons & fruits du mer. Conocido en toda la Mancha. Alli van en peregrinación a comer buey, centolla, langostinos y todo lo que se les ponga por delante los hambrientos del continente y Britania. De barato. Como gallego de patria le diré que si es por sabor deberá usted cambiar de rumbo y tirarse a Centoleira de Beluso, provincia de Pontevedra. Como simulacro no esta mal. Le aconsejo el salmón crudo con salsa de langostinos. De postre pida queso. No se arrepentirá.

Para bajar el bandullo, si la suerte le acompaña y no es pleamar, puede ir andando por la arena hasta Wissant. El espectáculo de los extraños pesqueros de la Mancha que son botados y retirados desde modernos tractores le llevara a ala conclusión de que mientras que en el sur todavía usan tiro de vacas, aquello, el norte, su pesca también ha industrializado. ¿Progreso? Usted dirá. Menos poético, mas eficaz, mucho mas llevadero para los campesinos mareantes.




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