El pueblo viaja en verano. La elite cuando
quiere. A todos los atrae el sol. Desde que se invento la playa nos masacramos
por ir de vacaciones en los peores meses de asueto.
El frio se combate. La poca luz también.
Lo que el mundo viajero no soporta es la lluvia.
Pues va usted aviado ya que hermosos
destinos a donde se debe de ir se encuentran donde llueve raudales. ¿Va a dejar de ir por una llovizna
continua a cualquier paraíso que le excite?
No queda mas remedio que prepararse. Lo
que es una contradicción. Los humanos no estamos hechos para la lluvia. Nos
podremos vestir de Gore Tex, subirnos a zuecos, botas de plástico o si se pone
descalzos. Nos ocultaremos debajo de un paraguas o silbaremos debajo de la
lluvia. Al final del camino llegara a una conclusión: la única posibilidad de
disfrutar bajo el aguacero es cuando nos olvidamos de el. Que no es poética si
no técnica.
La única forma adecuada de no fracasar en
la lluvia es adaptar nuestro organismo con la vestimenta necesaria para
conservar nuestra temperatura corporal constante. Eso se llama estar siempre
seco. ¿Cómo se hace? Respuesta imposible ya que depende de la temperatura
exterior, su actividad, etc. Respuesta posible: comience por pensar. Bajo un
paraguas, tal vez. Como va a hacerlo. Eso. Siempre seco.
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