Aunque no se lo crean es verdad. Los siempre sesudos suizos han tirado
el dinero por la ventana y gastado los francos en construir el, presumen,
ferrocarril mas alto de Europa. Si es el mas, o un centímetro menos no viene a
caso. En los meses de invierno discurre el trayecto entre la nieves y el hielo.
Sin dejar dudas de que aquel lugar es excepcional.
El tren no tienen destino. Es una inutilidad total. Fue construido a
golpe de muertos por un visionario suizo que mas debería llevar el diagnostico
de psicótico. Los suizos no lo usan. Los viajeros tampoco. Tiene un precio que
solo algún despistado chino o japonés se atreve en sentarse en aquellos
sillones de tapiz. Te lleva al frio. Al hielo. Te lleva a donde ni paisaje se
ve ya que siempre esta embrumado.
Sirve para las fotos. Todos hacemos postales al renqueante tren
mientras empieza la subida cuesta arriba. Hasta que desaparece entre los túneles
que han tenido que levantar para protegerlo de la ventisca. Si ya no veías
mucho, ahora ves nada.
Alli, en lo mas alto del monte. Estupidez de un mal llamado
visionario. Solo consuela una cosa. Lo pagan ellos. No los contribuyentes.
Suizos pues.
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