Salidos del agujero ese que llaman tunel, lleno de tecnica, ratas, e indeseables de pasaporte extraño, se llega a las planicies de la costa normanda, martirio de trailers. Luego vas dejando el paisaje verde para adentrarte en la ruta triguera de Paris.
Asi fuimos. En direccion contraria. Cada vez mas al sur. Al sur. Para llegar al norte del sur. Que es norte. Mas norte que norte. Man esquerda. Onde comenza o mundo coñecido. Inda que os mesetarios sigan mantendo que ali remata a terra. Terra de nada. Donde comienza el mar oceano y la civilizacion. Alli, en las costa de Galiza inda non Ceive, teniamos marcado el destino de la botadura do noso bote. Porque usted ya lo ha leido en este blog: la patria es la infancia. Y la infancia esta en el centro del universo: donde comienza el mar y la tierra. Aunque los mesetarios sigan enpeñados en decir Fisterra.
Tirar de un trailer es una actividad que realizamos algunas veces. Esta vez aprendimos que ir tirando de una belleza tiene algunos inconvenientes: franceses, hispanos, y portugueses, puestos a adelantar, no dan hecho. Se quedan ensimismados comtemplando las curvas de la princesa y hacen sus intentos de adelantamiento eternos. Un coñazo. Sobre todo cuando el camion que va delante no se mueve; o la vecina del quinto a salido en su fotingo a pasear.
Primera leccion de transporte: para arrastrar un Drascombe hay que tener un vehiculo potente. No por lo que pesa el barco, que es pluma, si no para volar entre los multiples admiradores que te persiguen.
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