lunes, 8 de diciembre de 2008

El camping de Barfleur



Imagínense que levantan la cabeza y ven lo que yo veo. Así amaneció en Barfleur después de dormir la cena que me atice con Ninfa e hijos uno y tres. Si busca un paraíso cercano les recomiendo el camping municipal de Barfleur. No queda al lado pero tampoco en el culo del mundo. Queda al lado del mar. A diez metros. Catorce pasos. El pueblo, al lado. Con iglesia, supermercado, panadería, restaurante bueno y malo -el otro- muelle atareado y barco de salvamento por si Neptuno se cabrea.
El resto no se lo cuento. Pensé en quedarme allí una temporada. ¿Para que irnos a otro lado si se puede contemplar amaneceres de esta especie?
Hasta que te vuelve a entrar el sentido y lo dejas. No porque sea útil; de eso nada. Es que somos unos cobardes. Sí, no joda, siempre traicionamos nuestros sueños.

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