lunes, 1 de diciembre de 2008

Yo tambien me acuesto con una rubia



Un dicho holandés dice que el jardín mas verde es el de los vecinos. Una forma elegante de definir la envidia. Es así. No hay que hacerle. Siempre nos gusta lo que no tenemos. Valoramos lo que nos es ajeno. Deseamos lo de el prójimo, lo lejano. lo inalcanzable. No salio de la nada el mandamiento judeo cristiano que prohíbe apropiarse de los bienes ajenos incluyendo el apetecible no desearas la mujer de tu prójimo.
Pues no aprendemos. Los latinos sueñan con tirarse una rubia de altura. Ellas se pierden por el rubio de ojos azules. Los nórdicos no dan un duro por la vecina rubia y pierden el culo por las morenas, asesinando, si es necesario, por la versión ojos negro azabache. Los moros -no es racismo, es castellano correcto- ídem dito. Las versiones asiáticas se pirran mas por el sesgado de los ojos que por el color, pero el sumo para un chino es una fresca y blanca piel indonesia.
Los que tenemos la manía de viajar para observar al prójimo, no dejamos de mirar y mirarlas para llegar a la conclusión de que al final lo importante no es el color si no como te lo hacen.
Luego, después del polvo, no se confunda. Todas, rubias o morenas, son como el tabaco.

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