domingo, 1 de febrero de 2009

En Lisboa no hay mujeres


Esto no es un titulo machista. Es una descripción de la realidad. Pateando Lisboa te encuentras con cientos de hembras que suben y bajan por las cuestas como en cualquier ciudad de Europa, pero mujeres no hay.
Morenas ellas, tipo aceituna mediterráneo. Mirada obtusa. Cabreadas. No se te ocurra mirarlas. Fruncirán mas el ceño, condenándote por pecador. No tienen la arrogancia de las hispánicas que te miran con descaro para decirte que te ignoran. Les falta el salero de las italianas que te agradecen que las mires y ahí queda. Ni tan siquiera son capaces de mantener la mirada de la parisina altiva que devuelve la mirada preguntando quien es usted.
Las portuguesas son un puñado de mojigatas salidas de misa de ocho que se niegan a pecar mirando como mantiene el obispo de Coímbra. Les quedan diez años de desarrollo que no los paga la CE.
Así no se puede viajar. ¿Todavía no se han enterado que las mujeres son los monumentos humanos más entrañables?

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