domingo, 8 de marzo de 2009
Lisboa ciudad de intelectuales
Saliendo de la Plaza del Rossio me lo encontré pidiendo debajo de una sombrilla. Ni se inmutaba detrás de su libro. Toda una metáfora de un país donde los parroquianos discuten entre café y café no solo la goleada del Benfica si no también el último discurso del presidente en la Asamblea.
Allí, donde las sedes del partido comunista están llenas, los periódicos se devoran con placer militante, el pueblo se explica y se rebela. Pobres sí, pero ni adormecidos ni derrotados.
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