sábado, 20 de junio de 2009
Arqueología infantil
Hijo número tres, adicto a todo aparato digital presente y futuro, tiene a veces ramalazos creativos, posiblemente para evitar que se le diagnostique como drogadicto irrecuperable a la electrónica moderna. No se sabe bien si es influencia de la visualización desmesurada de películas de Indiana Jones, o de las lecturas, poco, y contemplación, abundante, del National Geografic. Pero a veces nos sorprende.
Estábamos comiendo en Murano, isla de la bahía veneciana, en la terraza de una pizzería, en medio de la lluvia, cuando deposito sobre la mesa los trozos de cristal que se ven en la foto. ¿De dónde has sacado eso hijo? Del suelo. ¿De qué suelo? De la calle. ¿De qué calle? De la puerta de los comercios… Le llaman economía del lenguaje.
Les resumiré la conversación para no agotarlos: A las puertas de dos o tres tiendas en las que se venden cristales venecianos recogió los trozos rotos de algunas piezas. Luego declama que son trozos de regalos comprados por los turistas que se les han caído al salir de la tienda. ¡Asombroso! Imposible otra explicación.
¿Cuántas veces se dejan las bolsas de las compras en el siguiente comercio?
Material para una tesis doctoral.
¿Me habrá salido inteligente y yo sin enterarme?
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1 comentario:
Arqueologia infantil no entiendo...
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