La nueva lucha de clases

Dice la canallesca ilustrada que la izquierda ha perdido en Europa. Dice la misma, que en Irán han ganado los curas reaccionarios. Viene de antiguo. Los desagradecidos Irlandeses votaron contra la Europa que los saco de la miseria. Los señoritos franceses volvieron a votar conservador para seguir viviendo de la ilusión de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Los narcisistas holandeses repitieron la hazaña soñando con el retorno del florín, sin aceptar que siempre fueron y serán una dependencia de la gran Alemania que nos cuida...
Campesinos y aldeanos ilustrados contra ciudadanos cosmopolitas. Los gallegos, como siempre a la vanguardia, lo han definido gráficamente como la lucha entre los boinas y los birretes.
Posiblemente siempre fue así… La visión marxista de la lucha contra el capital del siglo XIX y algo del XX nos ha confundido. Ahora estamos en otra confrontación que es más profunda que un simple problema económico. Es el conflicto entre los que mantienen que la patria es la infancia, y los socratianos que claman que ellos no son griegos, ni atenienses, si no ciudadanos del mundo.
Ganaran los primeros. Pura cuestión biológica. No solo todas las aves vuelven a la mano de su amo, sino incluso el salmón libre y anarquista vuelve a depositar las huevas al río donde nació y muere.
Mientras tanto seguiremos, militantemente, votando cosmopolita. En la carretera se aprende que la patria son los recuerdos falsos de la memoria fabricada a base de mentiras piadosas. ¿O todavía no se ha enterado que la prima Engracia no emigro a Cuba, si no que trabajaba de puta en un lupanar de Berlín? Un decir.