martes, 1 de septiembre de 2009
Libreria Naútica Saint Nicolas
Al final de la calle del mismo nombre se encontrara con una de las ultimas librerías náuticas de combate del continente. Lo de combate lo digo como sinónimo de resistencia. Hace tres años todavía tenía La Rochelle algunas mas. Incluso la excelente del museo marítimo que fracaso de tanto hermosura.
San Nicolás queda. Lo de librería es un canto al optimismo. Un cuchitril no más grande que el salón de un mileurista, repleto de todo tipo de libros sobre el arte de moverse por el agua. El librero, un tipo raro que se parapeta detrás de unas inmensas gafas y un mostrador que mas semeja el atril de un cura de aldea alcoholizado, se afana en sus imaginables tareas sin perderle el ojo de encima. Madera de navegante solitario derrotado en tierra. No se engañe.
No tiene nada pero hay de todo. Incluso, a precio de nada, los números atrasados de Chasse-Maree, la mejor revista sobre embarcaciones tradicionales que se hace en el mundo. Llévese en lote aunque el francés no sea lo suyo, para mirarlas hasta el orgasmo en las noches de invierno frio.
Si se ha pasado usted a las técnicas modernas no desespere. También podrá hacerse a buen precio con unos cuantos videos de Voiles, la mejor revista – ahora también digital- de barcos a vela de Europa.
Luego, con la no bolsa debajo del brazo, váyase a una terraza del puerto viejo y deleitándose con lo que le apetezca, compruebe que la compra no le ha salido de saldo pero si de emociones fuertes.
Un consejo, póngale usted mismo precio a la mercancía ya que el librero no se si no ve, o es descendiente de un filibustero. En cualquier caso es incapaz de cobrar sin regaño el precio que el mismo marca.
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