domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Es esto un anuncio?


Ustedes dirán.
Yo digo que no. Enseñar una hembra suculenta, en tamaño eyaculante, en medio de una de las calles más concurridas del pueblo, para que se les levante la testosterona a ellos, y, quizás, ya que dicen las mujeres que así no funciona, la envidia a ellas, ¿sirve de algo? Si lo hacen, teniendo en cuenta los gastos, tendrá alguna función. ¿Vende más? ¿O es un sustituto de la erección del que lo ha pensado?
Cuénteme lo que piensan señoras. Enséñeselo a su hembra, la que tendría que lucir el modelito, y luego, lo mismo.

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