martes, 24 de noviembre de 2009

La Mezquita Azul de Estambul


En Estambul debe haber tantas mezquitas como iglesias en Roma o Compostela. No debe de extrañar.
En otro tiempo fue el centro de poder del turco. Hoy es el centro del poder de Turquía. Otra cosa.
Con la disculpa me fui de peregrinación por las mezquitas como quien va de bares. Aquí, a los pecadores no creyentes -los musulmanes son muy suyos y así me llaman, nos llaman- les dejan entrar en la mezquita siempre que no se mezclen con los creyentes. Te hacen entrar por la puerta de servicio. En la entrada tiene una matrona que amablemente tapa con paños los hombros desnudos de las hembras o las faldas demasiado cortas de la ninfas. En los machos no repara ya que todos vamos descalzos.


Entras y te quedas contemplando el espectáculo desde el gallinero. Pues no. Digan que es un trauma infantil de cuando iba al cine Rena, en domingo, y para estirar la peseta cutre que nos daban nos íbamos al gallinero a comer pipas. Ver, nada.
Pues eso, que me agencie un amigo, musulmán, creyente, turco, psiquiatra. Lo último no es necesario pero da para discutir posiciones antropológicas confrontadas. De estrangulis me llevo a pasear por las zonas de creyentes. Una desgracia. Solo sirvió para confirmar los prejuicios de un ateo militante,
A la mujeres las aparcan en el gallinero. Las más esperan, algunas rezan.
Los viejos parecen escuchar el sermón del imán. Visto la ausencia de reacciones corporales deben de estar en Babia. Los mas jóvenes juegan con el teléfono. Algún atrevido incluso manda sms.
Pocos rezan. Ejercicio bastante complicado visto las abundantes genuflexiones. Mi turco no sabe explicarme el por qué. Es así. Rezamos juntos. El mirando a la Meca. Yo al Bósforo, hermoso en tarde de verano viejo.
La Mezquita Azul tiene una arquitectura soberbia. Dice mi turco que cada día tiene menos asiduos y más turistas. Yo le repito lo del opio del pueblo y me acusa de marxista. Dice que dan de comer a los pobres.
¿Le suena? Como los curas católicos. Dar limosna es mantener la sumisión de los parias ya que jamás se levantaran contra el sistema. Me habla de dios, el papa....delirio universal de creyente angustiado

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