Planes

Ayer estuve dándole a la lengua con mi colega JR. Haciendo planes. ¿Qué disculpa encontrar para ir mas allá de la esquina? Le tenemos puesto el ojo a Hong- Kong, pero esta difícil la cosa. Económica. Encontramos un congresillo atractivo en Venecia. ¡Ya estuvimos tantas veces...! El viaje a Roma en mayo, asegurado. Aunque no sabemos ni cómo vamos ni donde dormimos. Un incordio para más tarde. Ir. Esa es la cuestión.
Dentro de una semana de vuelta a Viena. ¿A qué? Es lo de menos. Hay que mover el culo inquieto y otras cosas. Lo decía el Profesor Domínguez. El catedrático de fisiología que nos daba clase en la Universidad de Compostela: “Señores, señoras, señoritas, sobre todo a las señoritas: todo órgano que no se usa, se atrofia. Eso.
Vamos, que así vamos haciendo más llevadera las largas noches de invierno. Pegados a la calefacción. Matando el frio envueltos en los modernos fleece. Contemplando online a los envidiados mareantes que tienen el bote en mares cálidos...Preparando la excursión que no lo dude, haremos.
¿Crisis? No tenemos. Seguimos deseando lo mismo que ayer y anteayer, con más pasión si cabe.
Los cambios son de otro tipo. Síntomas mas bien de la neurosis galopante que nos trae la modernidad tecnológica. En otros tiempos nos hacíamos con algunos billetes y monedas. Nos apañábamos un viejo mapa de carreteras o ni eso. El pasaporte para la aduana. A volar.
Hoy no. Vean las innumerables guías que me he agenciado en la librería de segunda mano, mapas incluido. Barato todo. Todo innecesario.
No solo eso. La niña de mis ojos, preocupada, busca el camping de Roma en Google Earth. Estudiar la ruta para llegar a la estación del tren que te lleva al centro de Roma, tres cientos metros mas allá.
Tiempo ha partiríamos al ritmo de “xa veremos”. Llegamos a todos los lados. Volvimos intactos.
¿Nos estaremos volviendo viejos? ¿Lo usamos poco?