domingo, 31 de enero de 2010

Sigue nevando


Sigue nevando. Hasta el aburrimiento. Rompimos la pala recoge nieves. Hubo que agenciarse otra de hierro. Una inutilidad. Limpias, abres un camino para poder andar, vuelve a cerrarse al cabo de unas horas. Los viejos no salen de casa. No vaya a ser que una caída les parta la cadera. Suelas con clavos para los zapatos ya no se encuentran en las tiendas. La calefacción a tope. La estufa del barco también. Hemos tenido que usarla en casa para no congelarnos entre los libros. La reserva de parafina acumulada en el sótano ha desaparecido. Vivimos al día.
No todo es malo. Para matar las horas hemos limpiado el sótano y el desván de objetos inútiles acumulados en 5 años.
Todos los pequeños arreglos pendientes se han realizado. La correspondencia al día. Facturas pendientes ni una. Todo en su sitio menos el desorden de los hijos.
Incluso hemos perdido horas en buscar un sustituto de nuestro viejo Opel para recorrer millas terrestres. Otro camper para viajar por la autopista.
Llegamos, creo, a la conclusión de que de momento no hay alternativa al Opel. Nos volverá a llevar al sol de Roma dentro de unas semanas. Creo. Ya que nunca se sabe.
Hay dos tipos de viajantes. Los nómadas, que se desplazan lentamente, sin prisas, gozando del trayecto. Ya casi no se ven. La sociedad moderna los combate. Son los que se mueven en viejos cacharros. Tienen el alma de los viejos hippies que dicen alguna vez existieron. Parecido a aquellos alemanes barbudos que llegaban en sus Mercedes y Volkswagen en los tiempos del dictador. No confundir con la legión de surfeiros que hoy invaden las costas atlánticas europeas. Otra tribu, otra alma.
Los apurados, la mayoría, son el resto. Vamos a tiro fijo. Llegando. Mirando lo que dicen las guías. Coleccionando vistas de iglesia, museos, castillos, terrazas, playas, vista pintoresca. Fotografiando mal lo que millones ya fotografiaron. ¡Deja la cámara en casa, busca las fotos en Google!. Muchos escriben un blog en el que pontificalmente marcan los países que han pateado. ¿Países? Capital, alguna ciudad de postín, templo conocido, playa de moda. Rápido, rápido, que hay que seguir trabajando ya que nada es gratis y hasta las uvas del camino hay que pagarlas.
Lo primero es asequible, dentro del presupuesto, fuera del tiempo disponible. Lo segundo es impagable, atracador de cajas no corruptas, perfecto para el uso en la miseria de asueto que nos dan.
Sigue nevando

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