viernes, 30 de abril de 2010
Discurso contra la tiranía del viento, y demás
Antiguamente había marinos, marineros y mareantes. Luego pasaron a mercantes, el que vale vale y el que no para la marina, y yachtmen. Jodimos la cosa cuando llego lo de patrones de embarcaciones de recreo, embarcados y suicidas.
Todos ellos fueron, son, y serán, víctimas de la tiranía del viento. Los Yachtmen, con vena masoquista. Disfrutan, dicen, de navegar dejándose llevar por la neurosis de Eolo. Que por joder, pertinentemente, siempre sopla del lado a donde pensábamos ir.
Los mareantes y esforzados se tiran en esos casos al remo. Un calculo elemental demuestra que la quema de calorías necesaria para avanzar una milla no está en proporción lógica con los resultados. Pero el hambre mata más.
El resto, grito hace tiempo, que con la llegada del motor se habían liberado por fin de la tiranía del viento. Lo siento señores: Homo sapiens non mexa contra o vento. Puede que ustedes no lo noten pero sus pantalones están mojados. ¿Han visto ustedes a qué precio está la gasolina? Todo lo mas han cambiado de tirano. Me quedo con Eolo. Ese al menos nos deja remar.
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