sábado, 5 de junio de 2010

El arte del terror


Mi ninfa, leída ella, tiene ramalazos intelectuales que nos convierten en peregrinos de iglesia en museo, castillo, ruina, y demás objeto etiquetado como “arte”. No se piense usted que son visitas rápidas, de turista: llego, fotografío, marcho. Son visitas de intelectual hambriento de cultura. Chupar la sabia del conocimiento hasta quedar derrotado de tantas impresiones. Nos quejamos abundantemente. Lo que no sirve de nada, ya que ella, sin desaliento perceptible, sigue ordenando a golpe de guía a donde ir. Insoportable es que a veces, para afirmar su razón, nos atiza con nuevas perspectivas
Eso. Conocimiento. Descubrimos otra vez mas, en Roma, la pasión sacrílega de la santa apostólica y romana por el terror.
Vender el miedo al pueblo mostrando el terror inexistente es una técnica perfecta de sumisión. Así manipula el poder: Si no cumples los preceptos sabrás lo que son el llanto y crujir de dientes. I- pad avant la letre, ya tenían siglos pasados la imagen de lo que esto era. Miedo, miedo, miseria. Terroristas del sentimiento estos casulla portantes. Marx tenia razón: la iglesia es opio.

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