martes, 15 de junio de 2010

La obsesión italiana con las cosas de mear



A los espaguetis las cosas del sexo los pone nerviosos. Mas que al resto de los mortales. No es por que tengan un primer ministro que gobierna entre meretriz y meretriz. Hay muchos más que lo hacen sin que se les tuerza la corbata. Si no, acuérdense del puro del yanqui, sin ir más lejos. La cosa viene de que sus ganas son cada día reprimidas por el barniz católico-romano que lo invade todo. A pesar de los años de laicismo europeo todavía no han conseguido liberarse del dios inexistente de la iglesia.
Aunque usted crea que por empelotar la televisión los italianos son liberales con los instrumentos del sexo, es mentira. Es un pueblo de recatados que intentan liberar sus pulsiones jugando con símiles malos.
Para muestra un botón: En los meaderos de los bares, la relación entre desaguar la vejiga y el arte del placer, se demuestra abundantemente. Contemplen algunas placas que he fotografiado en mis paseos romanos.
¿Comprende usted la relación entre mear y follar? Yo no. ¿Serán todos prostáticos?

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