lunes, 10 de enero de 2011

Honfleur noche


Arribamos en medio de la negra. Nada se veía. La joyas electrónica moderna, Tomtom navegante, nos llevo al atraque. Ni un alma en penitencia. Hasta llegar al puerto interior donde vacio de barcos las joyas turísticas relucían en la noche.
Nos dimos al vicio de gastar euros para colmar nuestros espíritu y el hambre en el Bistró du Port. Una centolla como dios manda. Una bullabesa a la bretona exquisita. Un blanco poully du fume bueno. Se lo recomiendo.
Una vuelta de retirada deja ver la población turística en estas época. Parejas de ingleses retirados. Parejas de franceses retirados Parejas de rusos pudientes. Dos argentinos tapados hasta las orejas, ¡que frio madre! Honfleur parece un asilo de ancianos.
No se engañe. A la mañana siguiente, con un sol que nos reconforto el ojo, el alma, y los fríos pasados, adivinamos la juventud con reseca arrastrando el lorcho por los bares del puerto que aunque, de invierno, vacio, sigue siendo hermoso.
En otras páginas de este blog les conté mas de Honfleur, joya turística de la Normandía. Por cierto, si busca sitio donde dormir no de vueltas. El hotel Mercure, en el centro del pueblo, con vista a la entrada del puerto, excelente instalaciones, buen desayuno, y barato. De nada

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