martes, 11 de enero de 2011

Las magdalenas de Proust


El Sr. Proust paso horas en Honfleur. No se sabe si escribiendo, o detrás de las muchachas en flor, o ambas. En cualquier caso se lo paso de puta madre. Comiendo magdalenas. O al menos eso es lo que nos cuenta el comercio local. Lea, lea.
Me queda la duda del timo. No de los comerciantes si no de los dineros de Proust. Si bien lee el texto, el hombre se daba más a las ostras, pero el bolsillo solo llegaba para el sucedáneo de las magdalenas. ¡Tres paquetes a 9 euros!, ganga autentica. Por eso solo le dan tres ostras baratas o dos medias luna. Que sabiendo como saben, saben a poco.
Eso sí, con o sin ostras. Con o sin magdalenas, el Sr. Proust no perdía el tiempo escribiendo una joya que hay que leer. Comience si todavía no ha empezado. ¿En Honfleur?

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