martes, 28 de junio de 2011

Las curvas del mar


La distancia más corta entre dos puntos es la que te permite salir de A y llegar a B. Los que somos galegos de nazon sabemos que jamás es la línea recta. Para eso hay que tener alma de otras geografías. Eso que allí llaman la meseta, al otro lado la planicie, aquí y allá el páramo, Las maquinas modernas tienen alma de mesetarios. Cualquier GPS se empeña en ir en línea recta si no se le amaestra. Ir a ahogarse en los bajos, desempeñarse por cualquier barranco.
Reconozco la atracción de la línea recta. Si usted se fija en el mar como un plato es difícil admitir que uno tendrá que ir bordeando las boyas para llegar. Lo más complicado, si se fija bien, es que ni eso es suficiente. Esos palos que erectos surgen del agua y que casi ni se ven, no son más que las indicaciones de que allí hace daño. El fondo. El espacio que no se debe penetrar. Luego fíese usted de los derroteros y las cartas marinas. ¿Quién va a fiarse de un aspirante a timonel que ni notas sabe tomar? No se fie, ojo avizor, busque el canal para seguir a flote. Y llegar.

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