sábado, 11 de agosto de 2012

La tortilla de Cacheiras: Historias de Compostela


La última vez que anduve por allí fue hace más de 15 años. Antes. En los 80, íbamos y veníamos en el Seat 600 semana si y semana no. Dando tumbos por aquella corredoira que te llevaba a la casa donde hacían la mejor tortilla de Compostela. Costaba nada. La acompañabas de ribeiro tinto con gaseosa La Pitusa. Mojabas el pan en el huevo huevo.
Pasabas por alto que el dueño era un franquista. Lo sigue siendo. Más viejo. Disfrazado de alcalde popular se dedico a meter la mano lo que pudo mientras exhibía los escapularios romanos que tanto gustan en Compostela. Hasta que los nacionalistas gallegos del BNG lo echaron a los biosbardos.
Lo acaban de sacar en la BBC. El tipo puesto de traje y corbata. Presume de seguir como siempre. Allí fuimos a comprobarlo. A tratar la nostalgia.
Corredoira ya no hay. Me la han destrozado. Ya se encargo el tipo ese de que la autovía que le hicieron sus amigos como pago de la recolección de votos llegue a puertas de su casa. Un éxito de planificación. Una autovía. Unión de Compostela con la tortillera. Así están arruinados.
La casa sigue donde siempre. Como siempre. El personal atento y rápido como en sus días. El vino igualmente de bebible. Ya no hay Pitusa. La tortilla ya no es lo que fue. Se murieron los huevos de gallina para pasar a otra cosa. Conste que se puede comer. Con gusto. La carne asada del domingo sigue siendo excelente. Compite entre los parroquianos con la tortilla.
Hay otros cientos de sitios para ir. De tortillas, en Galicia, en Betanzos. Solo me queda la pregunta que no tiene nada que ver con la manduca: ¿Cómo consiguió que le hicieran una autovía justo hasta la puerta de su casa?

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