Esta mañana, mientras esperaba a que comenzase el parte de
incidencias del fin de semana en el hospital en el que medio vivo, la enfermera
mas descerebrada me pregunto mientras agitaba un periódico local ante mis ojos
si así también se vestía mi madre.
Ver la foto, esta de aquí arriba, y ponerle el café de
montera habría sido uno si no fuera que uno tienen “sentidinho”. Carallada
inventada por algún gallego progresista para definir la acción de reprimir el
instinto militante de mandar al que tienes delante al camposanto.
Años de empleo en las urgencias psiquiátricas me
convirtieron nuevamente en el barbudo simpático que dice simplemente “mira
rapaza, esto es como se disfrazan las burguesas de mal gusto de las tierras
castellanas, modelo procesión franquista. Mi madre, que como ya te explique
millones de veces pertenece a otro país, el de los gallegos, al día de hoy, después
de patear el paseo de Ares estas vacaciones, puedo contarte que va como todas de
rojo con rebeca blanca colgada del brazo”
Mi enfermera me ofreció algunos comentarios sobre
detalles de la foto que uno, macho al fin y al cabo, no había reparado.
-¡Fíjate que collar de perlas! ¡Que horterada! Eso solo se lo
pone una que nunca ha tenido nada.
-Pues creo que tiene varios sueldos.
-Sera rica, pero nunca ha tenido nada.
Los otros comentarios, de lo más jugosos, pertenecen al
campo de lo privado, ya que son más de estética que de ética, y aunque
divertidos no vienen al caso.
El vaso de café, infelizmente vacío, felizmente de plástico,
se lo tire cuando me dijo la muy pécora: ahora ya se porque has venido a
Holanda, porque viajas tanto…
2 comentarios:
Encántame o teu blog,sen dúbida. Sígote :)
Grazas polo cumprido. Eiqui as noites son longas. A rua pecha as 6
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