miércoles, 10 de octubre de 2012

No voten a Pepe


 
Les cuento. Baje este verano baje a Vila Podre, ex ciudad donde nací. La familia y tal. O dia da patria. El mar Ártabro. Las olas del Mar de Fora. La pasión por el surf. Que quiere que le cuente.

Tuve que ir al banco ese. Como ciudadano de a pie, acostumbrado a las reglas racionalistas del país donde vives, te pones en la cola. De repente llega un tipo apurado. Se dirige al publico diciendo, solo tengo una pregunta. Saluda a Pepe, el empleado que nos atiende. Es ayudado. Se va.

La cola progresa lentamente. Entra una vieja de bastón y paso ligero. Nos mira con desdeño. Susurra: solo un minuto; y tras ser saludada efusivamente por don Pepe resuelve sus asuntos.

Seguimos en la cola. Pepe despacha a uno, a dos, queda menos. Entra una rubia de bote y mas bisutería en pescuezo que Tobaris. Nos saluda a todos con la mano. Oubea, un momentito. ¡Hola Pepe, un minuto! Faltaría mas, el señor Pepe, educado, atiende a la señorita de falda ajustada.

Lentamente seguimos avanzando. Quedan dos. Llevo aquí tres cuartos de hora. Entran dos jóvenes, que preguntan quien es el último. Entra una joven. Aumenta la cola. Entra un descamisado de gafas de sol y moreno de mangante. Es que tengo el coche mal aparcado, Pepe mira un momentito…

No le dio tiempo a más. Aterrorizando por mi aullido modelo celta salido quedo petrificado. A Pepe se le cayeron los papeles de la mano. ¿Pero que pandilla de energúmenos viven en este país? Usted aparca el coche donde pueda y se pone a la cola.  Y usted mentecato, cumpla con su obligación y atienda correctamente a los que le pagamos: Los que aquí estamos. Los usuarios del banco.

La aparición inmediata del apoderado evito que hubiera sangre como mi cuerpo demandaba. En la vida me atendieron tan rápido

Pues no oiga. Que aquí no acaba la historia. Cuando llego a la casa de mi madre despotricando contra esta sociedad de conseguidores que venden como favor lo que es su trabajo, fui golpeado en el alma: ¿Pero rapaz, porque no me dijiste que ibas a la Caixa, si yo también conozco a Pepe?

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