Yo pertenezco al grupo ese de cabrones que todos los meses cobra su salario de currante privilegiado. No estoy en el paro. Posiblemente no lo estaré jamás. Me ocupe hace siglos de aprender lo que pocos pueden hacer y hoy nos reclaman por lugares. Trabajar, lo trabajamos. Lo de tener que emigrar y estas cosas, son pequeñeces comparado con lo suyo. El hambre. El no tener para pipas ni cubatas…
No, no voy a mentarle que a ellos, esos, los inútiles, hace dos días que los votaban, no usted, si no ellos, con placer. No, déjalo; que se emocionaban y presumían de palacio de congresos, aeropuertos, autopistas a la nada, etc, engañados ellos; aunque mire usted que bien vivíamos. Éramos más que nadie.
No, tampoco voy a mentarles que acaban de escoger por mayoría absoluta y abultada al chorizo aquel que mientras la costa de mi infancia sucumbía bajo el petróleo repetía aquello de que solo eran hilillos de plastilina. La memoria es frágil. La suya de cristal fino.
Quería contarles que mientras correteaba por Paris me di de bruces con una manifestación de franchutes enfurecidos. Dos en realidad. Unos a pie y otros, mas cabreados, en sus motos. Me llamo la atención una diferencia fundamental con los perroflautas de Madrid. Los franceses tenían un claro destinatario en sus pancartas. Nombraban con nombre y apellidos al hijo de mala madre que los sodomizaba.
No, los mesetarios de la nada, cabreados ellos, gritan que se vayan todos. Que son iguales. Los que meten la mano a la caja mientras que con pasión eran votados y revotados, y los otros, los que protestaban. Todos iguales. Los que aplaudidos por el poder económico mediático beben en aviones públicos botellas de Vega Sicilia a costa del prójimo, y los que se comen bocadillo de tortilla. Iguales las putas de cinco sueldos que las madres coraje. Iguales los vendedores de contratos no firmados, que los que se matan por los explotados. Iguales los que reclaman generales de la incivil y medallean a mayadores profesionales, que los que dejaron los sueldos en empresas de elite para defender los intereses del país.
No, si yo también conozco a revolucionarios que lo primero que hicieron fue subirse el sueldo de concejal, financiar las procesiones de casulla de la Semana Santa, vender la sonrisa de falsa proletaria…
Pero no se trata de eso. La cosa va de que si usted no sabe quien es su enemigo, y en el reduccionismo mentecato grita todos, mañana tendrá un Hitler que le atizara mas y mas fuerte. Ya que manifestarse contra los intereses de la patria…no.
No sea imbécil. Viaje y aprenda. A pensar. A saber quien es su enemigo. Quien lo enculea, quien le roba. Quien lo maltrata. Todos no son. Son algunos; ya que robar, todos, es un imposible. Compréndalo, usted, a demás de aire, no tenia tanto. Boa viaxe.
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