domingo, 28 de abril de 2013

¡Copiar malditos!


Andar de la zeca para la meca da para ver el pastel. ¡Ahí los tiene! Una invención de la modernidad. Adornar la pared de cucarachas. Contraponer el rechazo del animal símbolo de miseria con, se supone, la hermosura. Contradicción inútil. Postmoderna, pues.
 
Tanto uno como otro lo venden como símbolo del máximo esplendor de su imaginación. Seguro que usted en sus correrías encontrara más. La primera foto proviene  de una pared del centro cultural De Bali en Ámsterdam. Un nido de la izquierda caviar holandesa donde se junta los artistas agotados con estudiantes ávidos de un poste gratuito de wifi, turistas ilustrados, ninfas en flor. La segunda adornaba el corredor del hotel donde duermo en Maastricht, premio al mejor hotel el pasado año, experimento hipster, se lo enseñare uno de estos días.


Leído todo lo anterior, le cuento el mensaje: El simple hecho de que usted siga leyendo, yo escribiendo, el mundo fotografiando, etc etc, muestra que la idea original fue buena: la contradicción, el contraste, inútil si usted quiere, mantiene la atención. Contemplamos lo que nos levanta la emoción, siempre que no sea de rechazo absoluto. ¿Soportaría usted igualmente la visión de una rata o serpiente? Según el sr. Freud, no. Ambos animales están en el subconsciente de la especie como dañinos, asquerosos pues. ¿Sera que alguien se comía fritas las arañas? Sobre las hormigas ya sabemos que la respuesta es si


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