Desconozco si es
lo más racional. Lo barato. Lo más rápido. La elección clásica. Lo que hace
Vicente. En cualquier caso: volveré a repetirlo. Es lo que me quedaba más a
mano.
El ferry Ijmuiden
- Newcastle de la naviera danesa DFDSSeaways. Combinación de la perfección holandesa con la igual de neurótica
habilidad danesa. Me agencie un billete por internet en dos minutos. Cumplen lo
que prometen. A la hora anunciada. El único
ser discordante del embarque es el aduanero holandés que como de costumbre
intenta hacerse marcialmente el gracioso. ¿Cómo le explica uno a estos tipos
que eso es una contradicción sin solución? Sonreímos y lo dejamos para otro día.
Luce el sol. Lo
que se aprecia. Entramos pronto en el barco. Con eficacia danesa. El bar es holandés.
Doblones por cerveza putrefacta en vasos de plástico. Lo dejamos para otro día.
Hasta que descubrimos que por detrás de la barra están dispuestos a despacharte
una botella de Grolsch, la mejor pilsener holandesa.
Salimos a decir
que nos vamos que estos nórdicos son de la cofradía del segundo. Ijmuiden, base
central de la sociedad holandesa de salvamento de náufragos nos deleita la
partida con los juegos de sus barcos que hoy algo festejan para justificar la
quema del gasóleo.
Alquilamos una
cabina para dormir a pierna suelta. El ferry sale al medio día y llega a Newcastel
a las 9 de la mañana. ¡Cenado, leído, dormido, y desayunado! Una buena escusa
para empezar el nuevo día. Ahorras horas de camino por las imposibles
corredoiras inglesas y sus rotondas.
Newcastle desde
el mar es hermoso. Allí el desembarco del ferry es rápido y los aduaneros
ingleses hoy han decidido que no molestan
No hay comentarios:
Publicar un comentario