martes, 26 de agosto de 2014

A Teixido iras



Ustedes lo han oído alguna vez: A Teixido vai de morto quen non foi de vivo. No se me escaquee diciendo que lo suyo no son los idiomas. Esta avisado. Si no ha ido pongase ya en camino. Que se hace pronto tarde. Agotador es viajar  camuflado de lagartija o cucaracha. Mucho peor si lo hace en media vida con el cancro corroyendole las entrañas.

Nada de horror. Es lo que hay. Que aunque el pueblo iletrado crea en la redención por Podemos no significa que usted también deba hacer el idiota.

Ademas, ya puestos, no me diga que no le he dado envidia con las fotos. Aquello es uno de los últimos paraísos que quedan del comienzo del mundo. Esos lugares que los europeos, etnocentristas avant la letra, llaman la periferia de su existencia. 

Que todos vayan a Compostela, Fisterra, Teixido, llegando, no quiere decir que Compostela, Fisterra, Teixido, de siempre, no estuvieran allí. Como ese lugar mágico donde las estrellas graníticas anuncian que de allí partio todo.

Bien, una mentira a la que no hemos convertido -todavia- en realidad por falta de algún buen literato. Los plumillas de la patria todavia se empeñan en magnolias cheirando a pólvora en vez de camelias de rojo proletario. Inutiles que olvidan que sin epica no hay etica que valga. (Les cedo la idea con tarifa pujoliana: un 5% no mas)

Retomamos el camino y la lluvia a Teixido. Alli donde el verde de los acantilados dice que de nada, nada: Haber hay percebes, bares, rosquillas de anis, el adro del cura que prohibe, las velas de los agradecidos, turistas extasiados, los vaqueiros que miran y remiran, el vendedor de sus mieles que sigue empleando el dialecto imperial a pesar de haberse convertido en autoctono, el municipal de Cedeira que no sabe porque esta, los del Inserso, las figuras de pan feitas na casa y las otras que vienen de China, la hija del cartero del Arsenal, el vendedor de navajas de Taramundi que mas da de donde son si cortan, etc.

Hacemos patria. Exijo del rosquillero precio de amigo por ser local. El que me acompañen rubias es casualidad de la historia. Mi cartera esta vacía aunque algunos tengan brotes verdes. ! A no, eso no se puede que tenemos precio fijo! Mientras mete docena de rosquillas extra en la bolsa de plástico mirando al firmamento. !Que deus cho pague rapaz!. Benvido. Estamos en Galiza.

¿Pero que hace leyéndome sin haberse puesto en el camino?



No hay comentarios: