domingo, 19 de abril de 2015

A los pies del Matterhorn Cervino



Subir al Cervino es una cuestión técnica. Hay montañas peores en los Alpes. El drama de su ascensión – mejor dicho descenso- en 1865 lo convirtió en un mito . Al que no es ajeno una meteorología siempre cambiante. Allí arriba siempre hay nubes.

Mas complicado es la elección de cual  Cervino escalar. La cara suiza presume tener unos cuantos  centímetros mas que el pico italiano. Muchisimo mas complicado y peligroso, por cierto. El mundo que hoy se atreve suele hacerlo desde Schwarzsee. De allí trepan a la Cabaña Hörnli, donde comienza la ruta mas frecuentada. El resto es jugarse la vida entre avalanchas de nieve y caídas de rocas frecuente. Vaya por donde vaya.

Ir puede ir a Furi. A donde vamos todos. En peregrinación. No crea que es fácil. In invierno sin bastones y crampones es suicidio. Llegara pero no volverá. En verano masoquismo puro. Sol no hace mas que a parroquias. Todo el recorrido será en sombra. Y viento. Ese viento cabron que agita los pies de cualquier montaña seria. Esta avisado.


¿Qué hay en Furi? Uno de los restaurantes mas sabrosos de la zona. Con el mismo precio. Y la competencia mas barata. En un antiguo pueblo de vaqueros. A donde subían las vacas de mayo a septiembre para nutrirse en los pastos de verano. Si usted se pregunta como es posible que suban allí en invierno las cajas de vino ya sabe la respuesta: Hay una pista apta para orugas bien camuflada entre los arboles. Pero usted, montañero, usted trepa como todos por el camino de cabras.



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