No va de horror. Es lo que hay. También se
lo ofrecen enlatado. Puede usted escoger, un ejemplo, entre ver los flamencos
en estado puro en el estanque de Vaccares, cerca del centro de La Capeliere, a donde se debe de ir. O
fotografiarlos a dos metros en el Parque Ornitológico du Pont de Grau. Donde la
foto le saldrá hermosa; plástico puro, eso si. Toda opción es valida si sabe lo
que ha elegido.
Algunos destinos si debe usted de ver. No
solo para decir que ha estado alli. Merece la pena. Le hago lista:
Las salinas de Giraud, modelo de
explotación salina en el siglo pasado donde podrá coger el Bac de Barcarin y
presumir decruzar los ríos en pontón. Espera máxima de media hora. Es una ruta de mas kilómetros que
discurre por el interior de la Camargue.
Estrecha carretera pero cuidada.
Los faros de Faraman y de Beauduc. Les - Saintes - Maries`-de –la-Mer, en plural, donde es obligatorio visitar su iglesia con la Madona de los gitanos.
El Etang de Vaccares. El estanque de Fangassier. La reserva natural de Scamandre…
Agotado vuelva a la civilización a comer y dormir. La mejor opción para dormir con los mejores hoteles -no los mas caros- la encontrara en Aigües- Mortes. Comer, pescado de calidad, en Le Grau- du Roi. Cinco minutos de coche entre una y otra. Ojo al pescado fresco de los restaurantes de Le Grau. Conservan el atraco mediterráneo de pesarte la dorada griega de piscifactoría -salvaje le llaman ellos- y pedirte tan campantes 45 euros por ella. Tómese un buey de mar o una centolla. Estaban exquisitos.
Los faros de Faraman y de Beauduc. Les - Saintes - Maries`-de –la-Mer, en plural, donde es obligatorio visitar su iglesia con la Madona de los gitanos.
El Etang de Vaccares. El estanque de Fangassier. La reserva natural de Scamandre…
Agotado vuelva a la civilización a comer y dormir. La mejor opción para dormir con los mejores hoteles -no los mas caros- la encontrara en Aigües- Mortes. Comer, pescado de calidad, en Le Grau- du Roi. Cinco minutos de coche entre una y otra. Ojo al pescado fresco de los restaurantes de Le Grau. Conservan el atraco mediterráneo de pesarte la dorada griega de piscifactoría -salvaje le llaman ellos- y pedirte tan campantes 45 euros por ella. Tómese un buey de mar o una centolla. Estaban exquisitos.
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