Fundada por El Señor Rey como primer
puerto provenzal en el Golfo de Leo, disfruta de mentirijillas del dudoso
titulo de haber sido el primer puerto francés del mediterráneo.
En aquellas épocas de gloria Francia existía
poco y el mediterráneo como concepto era desconocido. Pero hay que tener mitos,
dicen, para no sucumbir a la mediocridad. Como la de haber sido escogida en dos
ocasiones como puerto de partida para las cruzadas del rey cristiano que fue a
follar moras en los harenes de Levante, donde si se lavaban. Exploraciones de
saqueo en la tierra de islamita por parte de la pudencia hambrienta. El mundo
poco ha cambiado.
Hoy el mar queda lejos. Las murallas de la
ciudad se rodean de verde hierba donde pastan vacas y turistas que se dejan
llevar de restaurante en café, de comercio en mas comercio. Todos ofrecen lo
mismo: La Provenza empaquetada en aromas de lavanda.
No crea que por haber turistas la villa se
ha convertido en un parque temático. Las casas estan habitadas por lugareños
que defienden su vida a machada. Hay quien discute si es la capital de La
Camargue. Ellos mientras tanto se dedican a que exprimir el monedero del
turista y evitar que les destrocen la gallina de los huevos de oro. La masa a
Saintes-Maries. Ellos a donde hay plata fresca. Con un sistema progresista para
aparcar. Cuanto mas este dispuesto a andar menos paga. La ilusión de haber
escogido. Funciona.
Funcionan los vapores que trasportan a los
turistas por el canal. Los restaurantes aceptables, los vendedores de jabón de
donde sea, los comercios de lingerie exquisita para ninfas hambrientas y
burguesas bien puestas, las galletas de siempre, los manteles auténticamente provenzales,
dos por uno, made in China, el restaurante de Chez Coco…no se lo pierda
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