domingo, 28 de junio de 2009

Lujo malayo en Porto


No sé de donde viene la expresión lujo Malayo. La búsqueda del PNB de Malasia en Wikipedia no da pistas para encontrar mucho lujo. Lo mismo que el manoseado lujo asiático, de hambre
Pero el Sheraton de Porto, donde dormí el miércoles pasado si era lujoso. Compruebe la foto. Imagínese acostado en la cama mientras la niña de sus ojos se enjabona debajo de la ducha. ¿Berlusconi? Un aficionado que se ducha solo.
Asomarse por la ventana, no debe, se ve lo que hay. La media casa acabada. La media casa que se llevo –el proyecto- el banco. ¿Pero quién es el imbécil que se pone a contemplar el mundo desde el piso 15?

Por el precio no lo deje, oiga. 105 euros de los de hoy en día. Por poco menos te acuestas en Casa Vicente entre polillas y un flex de mala muerte.
El restaurante, no es de hotel. Se cena bien. Un bacalao como debe ser. Un pulpo con patatas casi como el de Mugardos –El mejor del mundo para los no enterados-. Una tarta de Almendras mejor que las de mi abuela Ernestina, y la cuenta moderada.
Lo que no pudimos moderar fue la ingesta de unos vinos del Alentejo que nos trajeron, que sabían a lo que sabían, y ya sabe usted: cuando el alcohol sube, la memoria baja.

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