Hay unos cuantos pueblos de los Alpes que venden a
destajo, y cobran, el uso de una naturaleza sin vehículos. Aire sano, dicen.
No son únicos. Hay algunas ciudades europeas que han
peatonalizado algunas zonas de los centros antiguos.
Hay algunas, pocas, que lo cumplen con cierta militancia.
Murren en Suiza, Pontevedra en Galiza; por ejemplo. En otras el riesgo de ser
atropellado por un energúmeno es grande: Santiago de Compostela en Galiza,
Wengen en Suiza.
Podría citarles mogollones de lugares que me he ido
encontrando, pero no. A lo que vamos es a la pregunta simple: ¿Por qué en un
lugar funciona y en otro no? ¿Por qué el algún lugar funciono y en otro ya no?
Sí, eso, la presión
del local cosmopaleto que siempre acaba asesinando la gallina de los huevos de
oro. Es infalible. Comienzan exigiendo al señor alcalde más de todo, para
atender sus comercios. Suelen ser los que peor andan, no por falta de atención del
público si no por incompetencia del que lo atiende. Acaban manchando de mierda
el blanco impoluto. Cuando se lamente el retorno es imposible. Las gallinas
muertas, les aseguro, jamás dan huevos
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