lunes, 18 de marzo de 2013

Borracho llego pero rosas traigo yo

 

Se lo cantaba a la ninfa de las piernas de gacela. Allá. Hace montón de lunas. En los canales de Utrecht. Cuando traíamos todo y nada. Desde una rosa hecha de servilleta de papel como nos enseno Luis en las rúas de Compostela, hasta una bicicleta expropiada y necesaria que  sin dinero también hay lo del prójimo.

Las hay más civilizados. Algunas incluso hermosas. Como el muro que se han organizado para los pudientes a la entrada del TEFAF en Maastricht. ¡Fíjese bien en la foto! En el tamaño de las flores. Todo un círculo de capullos de rosa rosa rosae rosa. Nada de plástico ni imitación que valga. Rosa pura. Para declararle amor a la amada.

Cuando va y le suelta a otra hembra que contemplaba los capullos: ¡son de verdad pero huelen a perfume artificial! Y marcharon prestas dándole la espalda al pontifical muro.

¡Fíjese bien cuando les traiga rosas!

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