Es la
mejor feria de arte de Europa. Probablemente la mejor del mundo. La idea es
bien sencilla. Solo pueden exponer un grupo de galeristas escogidos. No solo
por sus amigos, que los tendrán. La cuestión fundamental es que todo lo que se
exhibe debe ser de calidad contrastada. La calidad no se define solo porque no
vendan por oro lo que es de polilla. También se evita que se vendan piezas de
dudoso origen o manifiestamente robadas como, p.e. en Irak.
La distinción
se ve si la compara con el Brafa bruseliano. Menos dado a mantener moral
calvinista. Mientras que en Bruselas se exhiben sin pudor las tallas
expropiadas por los listos norteuropeos con la colaboración de los
portacasullas locales en el sur de Europa, en Maastricht no se ve una. Solo joyas reales de toda Europa. Cuadros de pintores consagrados. Muebles de diseño
perfecto. Algún pergamino para enmarcar. Alguna chineseria. La calidad de lo expuesto
lo invade todo.
Claro
que usted allí no hace nada. Los precios de los objetos que se exhiben no están
al alcanza de ningún asalariado como usted o yo. Incluso intentan disuadirnos que
vayamos a verlos. Les estropeamos la fiesta a los ricos; tanto pueblo. La medida es fácil: 55 euros la
entrada. 20 a los niños. 90 la pareja. 12 aparcar... Esta a rebosar de pueblo y
compradores. Hay quien ahorra todo el año para poder ir. Lo que allí se ve raramente
se colgara de las paredes de un museo.
Confieso
que con la deformación profesional que uno tiene, lo que me va es hacerme con
un blanco, a buen precio, y contemplar el discurrir del pueblo. Llega la masa
de invitados holandeses. Esos a los que les ha regalado la entrada la empresa,
ya que si no no van. Todos viejos. Ellos de traje y corbata impecable.
Ejecutivos que se han puesto el traje de diario en domingo. Ellas, marujas nórdicas.
De permanente bien puesta, gafas rectangulares como manda la moda del mal
gusto. De colores. Patean un poco, saludan a los amigos, se cuelgan pronto del
bar del champan y ostras, que la cultura no crece en dos
dias.
La burguesía
ilustrada, los profesionales que dicen ahora, también se han vestido de
domingo. Ellos con sus fulares multicolores. El pantalón rojo, el pañuelo
exuberante en el bolsillo de la americana. Ellas primorosas, delgadas, de punta
en blanco. La que posee piernas hermosas las enseña en minifalda
independientemente de los años, con botas de caballería y aquí estoy yo que
se que ese gordo es un Botero.
Los
irredentos intelectuales han tirado la casa por la ventana y arrastran a la
prole que, cultura de biberón y cuchara, mira y preguntan a mama que lo sabe
todo. El psiquiatra descubre las anoréxicas entre las galeristas y el publico.
Los compradores van de viejo. Ojo avizor no pierden una. Son los enterados que
miran, remiran, preguntan, y vuelven. Visto los puntos rojos adosados a las
obras de arte los capitalistas del mundo no están en crisis. Del mundo. Hoy en
Maastricht se hablaban todos los idiomas del mundo, si también el de la su
patria.
Es un
robo, por eso no se lo recomiendo, pero si la casualidad le acerca a estos
pagos, piénselo. Mientras, de consuelo, le dejo los dos videos que he robado
del sitio del TEFAF. Algo si hay que reconocerles: otro año mas han hecho un
excelente trabajo
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