Leerá en las guías que se debe visitar el museo de arte moderno de Istanbul. Sobre todo en las guías escritas por los anglosajones. No sé
qué manía tienen estos autores con la nada. No es que el museo se diferencie de
la mayoría de las modernidades de Europa y USA. Ya sabe, edificio grande, colección
mínima, vivir a cuenta de las exposiciones realizadas a base de los préstamos
de los amigos. Los turcos también lo practican. Eso, que les toque una exposición
interesante cuando se encuentre con esos pagos, es como que les toque la lotería.
Usted y yo, creo que con argumentos serios, optamos por la lotería.
Escrito lo anterior no debe usted llegar a la conclusión de
que no debe intentar llegar al museo. Todo lo contrario. Buscarlo en la ribera
del Bósforo es de gran utilidad. Justo al lado encontrara la mezquita más
hermosa de Istanbul. Esa joya escondida que no le cuentan las guías. (Se lo
cuento uno de estos días). Más al lado, entre la mezquita y el museo, están los
cafés donde los asiduos pueden disfrutar de una buena pipa de agua y un tablero
de damas o ajedrez. Hay que verlo.
El museo en sí, en una de las antiguas naves del viejo
puerto comercial de Istanbul, tiene un restaurante con una excelente terraza
para contemplar en Bósforo. No lo he probado pero dicen que se come bien. Allí
encontrara la escena moderna turca. Esas mujeres subidas a tacones
impresionantes y falda de tubo. Ellos más modernos que en el Soho. Entre cuadro
y cuadro puede contemplar al paisanaje. Lo dicho, con suerte alguna exposición.
Si se aburre mire al frente: el próximo destino.
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