Hay un dibujo terrible, que lo ocultan con pasión,
imposible de encontrar, de Daniel Castelao, el padre político de mi patria. En él
se ve a un niño que le pregunta a un viejo, en la orilla del rio Miño: Son os
doutra beira mais extranxeiros que os de Madrid? Es el resumen más perfecto del
problema español.
La imagen se me vino a la cabeza cuando buscaba el barco
para acercarme a la otra orilla de Istanbul. Allí comienza Asia. Otro
continente. Cruzar el barco es cruzar la frontera. Dicen las guías que entra
usted en territorio comanche. Ojo avizor ya que allí no hay nada que ver. Lo
que hay no es para usted. Es, presumo, la periferia salvaje. ¿Les suena?
Tire la guía a la basura. Busque los barcos blancos del
ayuntamiento. Esos que parecen cochambrosos pero que navegan a velocidad Ferrari.
Salen del muelle enfrente del bazar egipcio. Al lado del puente Gálata. Puede
comprarse en el automático un “jeton” –moneda- por tres liras turcas, 1,5
euros. Si usted es provisor se comprara dos, la otra para la vuelta; evita
ponerse de nuevo en la cola.
A velocidad moderna el experto patrón lo llevara a la
otra orilla sorteando eficazmente el complicado tráfico marítimo. Déjese llevar
y disfrute del sol y el paisaje. De arribada podrá contemplar la monumental estación
de ferrocarril que con dinero teutón les organizaron los alemanes en su sueño,
otro más, imperialista: la terminal asiática del tren Berlín-Kabul y más allá.
De golpe se sumergirá usted en el color. El vibrante
mercado donde venden todos los pescados posibles, las delicias turcas, los
frutos de la tierra, el vino que si beben, los trapos para encelar, la vida.
Del pescador al tenderete del partido que les promete derrocar al presidente
oraciones. De los escolares uniformados, a las mujeres de paseo; ellos siempre están.
Planifique bien la visita y quédese a comer en uno de los
múltiples restaurantes de las calles del muelle.
Luego mientras coma, recuerde la pregunta de Castelao. Allí
le darán la respuesta: Si, los extranjeros, los verdaderos otros, son los de
Madrid.
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