sábado, 1 de junio de 2013

Castelao en Istanbul: Son los de la otra orilla mas extranjeros…




Hay un dibujo terrible, que lo ocultan con pasión, imposible de encontrar, de Daniel Castelao, el padre político de mi patria. En él se ve a un niño que le pregunta a un viejo, en la orilla del rio Miño: Son os doutra beira mais extranxeiros que os de Madrid? Es el resumen más perfecto del problema español.

La imagen se me vino a la cabeza cuando buscaba el barco para acercarme a la otra orilla de Istanbul. Allí comienza Asia. Otro continente. Cruzar el barco es cruzar la frontera. Dicen las guías que entra usted en territorio comanche. Ojo avizor ya que allí no hay nada que ver. Lo que hay no es para usted. Es, presumo, la periferia salvaje. ¿Les suena?

Tire la guía a la basura. Busque los barcos blancos del ayuntamiento. Esos que parecen cochambrosos pero que navegan a velocidad Ferrari. Salen del muelle enfrente del bazar egipcio. Al lado del puente Gálata. Puede comprarse en el automático un “jeton” –moneda- por tres liras turcas, 1,5 euros. Si usted es provisor se comprara dos, la otra para la vuelta; evita ponerse de nuevo en la cola.

A velocidad moderna el experto patrón lo llevara a la otra orilla sorteando eficazmente el complicado tráfico marítimo. Déjese llevar y disfrute del sol y el paisaje. De arribada podrá contemplar la monumental estación de ferrocarril que con dinero teutón les organizaron los alemanes en su sueño, otro más, imperialista: la terminal asiática del tren Berlín-Kabul y más allá.

De golpe se sumergirá usted en el color. El vibrante mercado donde venden todos los pescados posibles, las delicias turcas, los frutos de la tierra, el vino que si beben, los trapos para encelar, la vida. Del pescador al tenderete del partido que les promete derrocar al presidente oraciones. De los escolares uniformados, a las mujeres de paseo; ellos siempre están.

Planifique bien la visita y quédese a comer en uno de los múltiples restaurantes de las calles del muelle.

Luego mientras coma, recuerde la pregunta de Castelao. Allí le darán la respuesta: Si, los extranjeros, los verdaderos otros, son los de Madrid.




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