Queda un tanto fuera de las tradicionales
rutas turísticas. Para llegar alli hay que hacer carretera. Lo que se agradece.
Hay poca gente. Andar dando saltos de cabra tampoco es la actividad favorita de
los turistas. Aunque no se confunda. Entre el publico visitante figuran la
generación deportiva de Europa.
Hay quien marcha despavorido por los vahos
y el eterno aroma a azufre, huevos podridos si le va mas. Es una exageración.
Los vahos pueden ser abundantes en los dias fríos, se notan mas, vamos. Pero no
matan. El viento siempre reinante los lleva rápido. El olor rezumon es
constante pero te acostumbras. Vas a lo que vas.
¿A que vas? Alli hubo, hay, una región de actividad volcánica que en 1984 se puso por ultima vez a rugir. Volverá. Origino
lo que se conoce como los fuegos de Krafla. Todavía hay hermosas imágenes en la
red.
Algo se ha enfriado desde entonces. Sigue echando
humo y la tierra esta caliente. No se engañe. Muy caliente. El volcán se ha
recompuesto. En la nueva caldera de Vite. Los rastros de la vieja se pueden
contemplar en la cima. Alli ya no llega los turistas. Si el viento y el frio.
Merece la pena
Esta avisado, de deportivas volverá sin
tobillo. Aquello precisa buen calzado, ropa de abrigo, agua que no hay y echará
de menos, y algo que le compense los hidratos de carbono. Una vez alli arriba
habrá llegado a la conclusión de que esta vez, si, ha llegado a la puerta del
infierno. No entre. De momento.
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