Contra el plástico de las estaciones de esquí modernas con sus servicios
y lujos poco tiene que hacer. Les Diablerets es una aldea de madera para los
que buscan la tranquilidad. Tiene un bien surtido supermercado. Tres tiendas de
material de montaña y esquí. Unos cuantos restaurantes. Dos médicos… Vamos lo
que puede necesitar.
Les Diablerets se asegura de una presencia constante de nieve ya que
tiene un pequeño glaciar que permite esquiar la mayor parte del año. Pero alli
se va a otra cosa. Las travesías con raquetas de nieve lo ha convertido en un
de su lugar de peregrinación para los aficionados. Se puede igualmente hacer
esquí de fondo o nórdico. Incluso telemark para los aventureros que buscan las
nieves vírgenes. Sus bosques de abetos bien cubiertos de nieve ofrecen una
relativa seguridad frente a las avalanchas. No como en esos montes pelados de
las modernas estaciones.
Llegar alli, con nieve, requiere buen coche y pericia. Unos 20 km
monte arriba (piense en la vuelta, mas arriesgada todavía) por una carretera de
montaña que en vez de suiza parece mas bien rusa. Los suizos ya sabe usted que
lo de limpiar las carreteras de nieve no lo practican mucho fuera de las
autopistas. ¿Para que si en el invierno las nevadas son continuas y cuando se
vive en a montaña no hay mas remedio que hacerse con un vehículo con tracción a
las cuatro ruedas?
Llegamos y volvimos. Se lo recomiendo si lo que le va es eso de patear
las corredoiras nevadas. Si además de esto le priva el silencio, el buen comer,
un hotel perfecto, sin lujo malayos pero una excelente colección de libros,
dirigido por un simpático gx galerista parisino y sus ninfas, incluida Naomi
que habla perfectamente todos los idiomas latinos, alli esta el Hotel du Pillon..
No se arrepentirá.
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